Los nódulos tiroideos son masas que se forman en la glándula tiroides y que pueden ser benignas o malignas. En la mayoría de los casos, los nódulos tiroideos no causan síntomas y se descubren de forma accidental durante un examen médico. Si se descubre un nódulo tiroideo, es importante realizar un ultrasonido de tiroides para evaluar el tamaño, la forma y la composición del nódulo. En este artículo, te explicamos por qué es importante realizar un ultrasonido de tiroides en pacientes con nódulos tiroideos.
¿Qué es un ultrasonido de tiroides?
El ultrasonido de tiroides es un examen médico que se realiza con un equipo de ultrasonido. Este dispositivo emite ondas sonoras de alta frecuencia que rebotan en los tejidos y producen imágenes en una pantalla. Estas imágenes permiten al médico ver el tamaño, la forma y la composición de la tiroides y cualquier anomalía que pueda estar presente, incluyendo nódulos tiroideos.
¿Por qué es importante realizar un ultrasonido de tiroides en pacientes con nódulos tiroideos?
El ultrasonido de tiroides es importante en pacientes con nódulos tiroideos por varias razones:
Para determinar si el nódulo es maligno: El ultrasonido de tiroides es una herramienta útil para determinar si un nódulo tiroideo es maligno o benigno. Durante el estudio, el médico evalúa el tamaño, la forma y la composición del nódulo para determinar su probabilidad de ser canceroso.
Para evaluar la extensión del nódulo: Si se determina que el nódulo es maligno, el ultrasonido de tiroides puede ayudar a determinar la extensión del cáncer y si se ha propagado a otras partes de la tiroides o a los ganglios linfáticos cercanos.
Para evaluar la función tiroidea: El ultrasonido de tiroides también puede utilizarse para evaluar la función tiroidea y determinar si hay algún problema con la producción de hormonas.
¿Cómo se realiza un ultrasonido de tiroides?
El ultrasonido de tiroides es un procedimiento no invasivo y no doloroso. El paciente se acuesta en una camilla y se le aplica un gel conductor en el cuello. El médico mueve un transductor sobre la piel del cuello para obtener imágenes de la tiroides y cualquier nódulo tiroideo presente. El estudio suele durar entre 15 y 30 minutos y no requiere preparación previa.
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